Extracción de Sangre en animales: ¿Cómo hacer que sea una experiencia amigable?

Dra. Marina Snitcofsky, Veterinaria Especialista en Medicina del Comportamiento

Muchos animales manifiestan miedo cuando visitan el consultorio veterinario, y más aún cuando tienen que atravesar procesos clínicos como la extracción de sangre. Es por ello que hoy hablamos de las medidas que podemos tomar desde el tutor como el veterinario, para que la experiencia sea lo más amigable posible.

En general se considera que atravesar la piel con una aguja hipodérmica para dar una inyección o para hacer una extracción de sangre es un procedimiento mínimamente invasivo, y no genera una sensación dolorosa importante, sin embargo, como algunos animales son más sensibles, es recomendable tomar algunas medidas preventivas para evitar el miedo excesivo y que se genere un aprendizaje aversivo.

Cuando la extracción de sangre se puede programar y no es de urgencia, se recomienda habituar al perro o gato al sonido y a la vibración de la máquina de pelar, que se usa para rasurar la zona donde se va a realizar la extracción. Si los tutores tienen una máquina de cortar el pelo, pueden encenderla inicialmente a distancia del animal, mientras lo premian con juego o alimento apetitoso, y luego la van aproximando para que se habitúe al sonido.

También, con la máquina apagada, ésta se puede untar con alimento apetitoso húmedo para que el perro o gato puedan lamerlo de la superficie. Para habituarlos a la vibración, se puede apoyar la máquina encendida, pero del lado que no corta el pelo, inicialmente a la menor intensidad, sobre el cuerpo del animal (idealmente sobre alguno de los miembros anteriores que es de donde se suele extraer la muestra de sangre habitualmente), mientras se lo gratifica con alimento.

Si no tienen una máquina peladora en casa, se puede utilizar solamente el sonido grabado, o visitar al veterinario para hacer esta habituación.

Otra de las prácticas previas que podemos llevar a cabo es habituar al perro o al gato a la maniobra de extender el miembro anterior, extender el codo, y ejercer manualmente una leve presión sobre el brazo, por encima del codo, o incluso se puede realizar con una bandita elástica, para que se asemeje a la maniobra utilizada para ingurgitar las venas. Del mismo modo podemos habituar al contacto con un algodón con alcohol, que resulta además de mojado, frío y con un olor que a algunos animales les puede resultar desagradable o irritante. Siempre asociándolo con alimento, caricias, cepillado de pelo (si lo disfruta) o juego.

En los casos de los perros y gatos que sufren miedo o ansiedad, es recomendable consultar con su veterinario de cabecera para que le prescriba un fármaco ansiolítico o tranquilizante para darle en forma oral unas horas antes de concurrir a la extracción.

Una vez ya en el consultorio, el día de la extracción, también existen algunas prácticas que pueden hacer que el perro tenga una experiencia más amigable. Allí, el tutor puede colaborar utilizando elementos de distracción y/o reforzadores (juguetes, premios, alimento) mientras el profesional y sus ayudantes realizan la extracción de sangre.

Tras la extracción de sangre, siempre es conveniente gratificar al perro o gato. Inclusive en animales sociables, el alimento, las caricias o los juguetes, pueden ser administrados por el profesional actuante, para reforzar la relación con su paciente

En los casos de los perros que poseen manifestaciones agresivas, siempre debe utilizarse un bozal. Para los gatos, por su parte, además de concurrir en transportadora, deben tener una manta o toalla que les resulte familiar; para envolverlo o taparle el rostro y la cabeza durante la maniobra de extracción. En todos los casos de animales extremadamente miedosos y/o agresivos es conveniente realizar una sedación previa.

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