Las garrapatas son parásitos de diversas especies animales en todo el mundo, incluyendo perros, gatos y seres humanos. Su tamaño es grande, lo que las hace detectables a simple vista aún en el estadío de larva.
Realizan parte de su ciclo biológico en el ambiente y parte sobre el animal que parasitan, succionando su sangre. En general las hembras son las que realizan la mayor hematofagia, ya que necesitan de la sangre para el desarrollo de los huevos.
En Argentina, algunas de las especies de garrapatas que afectan a los animales domésticos son:
1. Rhipicephalus sanguineus (caninos, felinos, equinos)
Es la garrapata más común en perros. Se presenta en mayor abundancia durante la primavera y el verano, y su número disminuye en otoño e invierno.
Es una garrapata de tres hospedadores: Requieren un hospedador para cada estadío (larva, ninfa, adulto). Necesitan caer al suelo para mudar en cada uno de los estados.
Ponen sus huevos -entre 4000 y 5000- en lugares escondidos, como grietas en las paredes o rendijas. Las larvas pueden sobrevivir hasta seis meses sin alimentarse.
2. Amblyomma spp. (caninos, felinos, bovinos, humanos)
Es uno de los géneros predominantes de nuestro país, parasitando a un gran número de especies animales.
Al igual que Rhipicephalus sanguineus, son garrapatas de tres hospedadores.
Todos estos artrópodos provocan un gran deterioro en la salud de los animales afectados, debido al parasitismo en sí, y a la transmisión de organismos patógenos como por ejemplo:
• Babesia spp:
Transmitidos por Dermacentor nitens, Rhipicephalus microplus y Rhipicephalus sanguineus.
Son protozoarios que se encuentran dentro de los glóbulos rojos y producen anemia. Afectan a numerosos animales, salvajes y domésticos, y a los seres humanos.
Se encuentran distribuidos en todo el mundo en regiones tropicales y subtropicales, estrechamente vinculados con la presencia del transmisor.
• Hepatozoon spp:
Se transmite mediante la ingesta de Rhipicephalus sanguineus. Esto ocurre por el hábito de intentar librarse con la boca de las molestias ocasionadas por las garrapatas.
Son protozoarios cuyos hospedadores definitivos son invertebrados hematófagos, y sus hospedadores intermediarios son vertebrados (mamíferos, aves y reptiles) a los que afectan tejidos y células sanguíneas.
• Anaplasma marginale:
Propagada mecánicamente por Rhipicephalus microplus.
Es una bacteria gram-negativa que causa la anaplasmosis bovina. Es la más patogénica de las especies de su género. Se encuentra distribuida por las regiones tropicales y subtropicales.
• Ehrlichia canis:
Transmitida por la garrapata Rhipicephalus sanguineus.
Corresponde a un grupo de bacterias intracelulares gram-negativas, de la familia Rickettsiae, con distribución mundial y potencialmente zoonóticas. Causa Ehrlichiosis Monocítica Canina, una enfermedad grave, cuyos signos clínicos son inespecíficos, e incluyen: depresión, letargia, anorexia, fiebre, linfoadenomegalia, esplenomegalia y pérdida moderada de peso.
Prevención y control
Para prevenir estas y otras enfermedades transmitidas por garrapatas, lo principal es controlar la aparición de estos artrópodos, especialmente en las temporadas cálidas.
Hay ciertas medidas que pueden tomarse en cuenta para la erradicación y prevención de la aparición de garrapatas:
– Es preferible que las mascotas se encuentren en un lugar controlado, es decir, exceptuando los paseos diarios, tanto perros como gatos deberían encontrarse en nuestros hogares, y no permitir que deambulen libremente.
– Mantener la casa, el jardín, la terraza y las zonas verdes de nuestro hogar libres de garrapatas reduce considerablemente las posibilidades de que estos parásitos afecten a las mascotas. Además de la limpieza diaria, existen productos específicos para el control ambiental de ectoparásitos, que se venden en veterinarias.
– Después de cada salida al exterior, hay que asegurarse de revisar bien a las mascotas. Este control contra las garrapatas se debe reforzar en la zona de las patas (entre los dedos), en las orejas, el cuello y en la piel bajo el pelo. De esta manera podremos actuar rápidamente y evitar la propagación de las mismas. Es importante no retirar manualmente a los parásitos, ya que pueden quedar restos de su aparato bucal dentro de la piel, y causar infecciones.
– Existen antiparasitarios o repelentes específicos, que debemos colocarle a los animales si sospechamos que pueden estar expuestos a garrapatas. Pueden encontrarse en formato de spot-on (pipetas), collares, comprimidos, champús, talcos, entre otros. Siempre debe consultarse a un veterinario que nos recomendará el más indicado para cada caso.
Es muy importante que el control se enfoque en el animal, pero también en el ambiente, ya que los huevos y larvas pueden sobrevivir en el mismo durante semanas o meses, a la espera de un hospedador.